Qué ver en la Isla de Miyajima O Itsukushima en 1 día

¡Bienvenidos a Miyajima! Esta pequeña isla es considerada sagrada para el sintoísmo hasta tal punto, que hace relativamente poco era ilegal morir o dar a luz en la isla. También conocida como Isla del templo y, de manera oficial, como Isla de Itsukushima, se encuentra a 50 km de Hiroshima, en el llamado Mar interior de Seto. Conocida mayoritariamente por el gran torii flotante de 16 metros, Miyajima es una isla mágica que no deja indiferente a ningún viajero.

“Mal” llamada Miyajima, recibe este nombre debido a que, hasta 2005, era lugar de asentamiento del pueblo Miyajima, hasta que se anexionaron a la ciudad de Hatsukaichi. Aunque el principal atractivo es el torii flotante marca la entrada del Santuario de Itsukushima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996; este pequeño lugar, en realidad, tiene bastante más que ofrecer. En este post os vamos a contar lo que nos os podéis perder en vuestra visita.

Como llegar desde Osaka

Para llegar a la isla desde Osaka hay que coger el Shinkansen hasta Hiroshima y una vez allí el JR Sanyo Línea for ONOURA o la JR Sanyo Línea for Iwakuni hasta la estación de Miyajimaguchi. Estos dos trenes están incluidos en el JR pass, si decidís no comprar el JR podéis desplazaros hasta Hiroshima en bus nocturno o pagando un billete de tren (bala o convencional) individual. Una vez en la estación central podéis utilizar el metro para llegar a la estación de Miyajimaguchi.

Una vez allí no tuvimos que caminar ni 5 minutos hasta el ferry. Los ferries salen a la isla de Miyajima cada 15 minutos y entran dentro del JR Pass. En el caso de no tener el JR Pass, los tickets del ferry no son caros. Los adultos pagarán 400 yenes por la ida y por la vuelta y los niños (de 6 a 12 añitos) 200 yenes ida y vuelta. Podéis cogerlos pinchando aquí, será más cómodo, pues suele haber bastante gente siempre.

Horarios de los ferries Miyajimaguchi y Mijaya

Santuario de Itsukushima y gran torii (Ishidatami)

Considerada la atracción principal de la isla, data del Siglo VI d.C y está presidido por un torii o pórtico gigante, de color bermellón que no está clavado en el fondo, simplemente reposa en él y está a merced de las subidas y bajadas de las mareas, por lo que podéis acercaros en momento de bajamar (si vas a primeros de octubre a las 8 de la mañana ya se podía llegar a él) e incluso pasar por debajo. Fue reconstruido en 1975 en madera de alcanfor y alcanza una altura de 16 metros.

En frente del torii se encuentra el Santuario de Itsukushima, donde podemos distinguir tres espacios diferentes: El Salón Santo o Heiden, el Haiden, lugar donde habitan los sacerdotes, y el Haraden, que es el único lugar donde puede acceder el público. Por esto, merece bastante más la pena por fuera que por dentro, pero nosotros entramos, era la hora mágica y nos gustó bastante. También podemos ver el Bugaku, una plataforma hasta arriba de linternas de bronce donde se realizan festivales como el Kangen Sai, pero se hace en pleno verano, así es que otra vez será.

Al caer el sol encienden los faroles de piedra que rodean la costa

El templo ha sido reconstruido varias veces a lo largo de la historia, debido sobre todo a desastres naturales. Para los que paséis la noche en la isla, es bueno saber que a partir de cierta hora se iluminan tanto el Santuario como el torii y es el momento perfecto para pasear por esta zona, sobre todo debido a que la gran mayoría de los turistas acaban de coger el último ferry de vuelta y la isla se queda supertranquila.

Dar una vuelta por este paseo con los faroles de piedra encendido os va a regalar un momento inigualable.

La entrada tiene un coste de 300 JPY, no llega a 2 €, podemos comprar las entradas y ver los horarios en su página oficial.

Gojûnotô o pagoda de los cinco pisos y Salón Senjokaku

Otro edificio representativo de Itsukushima es el Gojûnotô o pagoda de los cinco niveles, que alcanza casi los 28 metros y se encuentra en el santuario de Toyokuni. Los 5 niveles se construyen como amuletos, en la práctica del Feng Shui, para contrarrestar los efectos de las energías negativas y de los 5 elementos (tierra, metal, agua, madera y fuego) y atraen a la prosperidad y a la buena suerte.

Para nuestra desgracia, el templo no está abierto al público, pero la pagoda se ve desde diferentes puntos de la isla. O bien por la calle Machiya o, por el callejón Yamabe. Nosotros lo descubrimos dando un paseo por la noche y no tiene desperdicio ninguno. Desde arriba se ven todos los tejados de las casas, el torii y la pagoda. Merece la pena, totalmente, perderse por las callejuelas de noche.

De noche la isla parece sacada de Studios Ghibli

Parque Momijidani o Valle de la Hoja Roja

Este pulmón, en el que predomina una de las mayores densidades de arce de todo el país, está situado a los pies del Monte Misen. Se extiende paralelo al río Momijidani, en pleno corazón de la isla, y por ende, es el lugar del que parten la mayoría de las rutas senderistas que nos llevan al Misen.

Se recomienda visitarlo antes de subir al Monte Misen o después del templo Daisho In. Es inevitable ya que está dentro del círculo de atracciones que nos ofrece la isla.

Podemos encontrarlo abierto 24/7 con coste 0. Fue designado Monumento Natural, y en 1945, cuando la Isla de Miyajima fue atacada por un devastador tifón, el parque sufrió incontables daños materiales, pero se trabajó enormemente en el control de su erosión.

Monte Misen

Es el punto más alto de la isla con 535 metros sobre el nivel del mar. El conjunto de su biodiversidad y su naturaleza, son consideradas tan sagradas como el propio monte. En la cumbre, podemos encontrar los templos de Kobo Daishi y el santuario de Miyama.

Hasta allí, podemos subir en teleférico, en bus o andando.

Bus + teleférico. Desde Iwaso, sale un mini bus gratuito, al que hay que llegar temprano porque son poquitas plazas (menos de 30) y pasa cada 20 minutos, desde las 10 menos 10 de la mañana que empieza hasta las 16:20 horas que termina, en la puerta del parque Momijidani. Este nos llevará hasta la estación del funicular.
Andando + teleférico. Es lo que nosotros hicimos y es un paseo superagradable para cruzar el parque y un ratito de subida bastante suave hasta la estación. Merece bastante la pena, sí el resto de ruta hasta la cima la haces con el teleférico. Además, por el camino podréis ver el puente Momiji, el santuario Shinomiya y el puente Momijidani. Una vez en la estación, el funicular consta de 2 tramos. El primer tramo, de unos 10 minutos hasta Kayarani, donde se cambia de teleférico para realizar el último tramo, de unos maravillosos 4 minutos, sobrevolando el impresionante bosque virgen del Monte Misen, capolínea Estación de Sishi-Iwa. El segundo teleférico os subirá hasta los 433 metros, el resto hay que hacerlo andando por un puñaino de escalones de piedra hasta el mirador.
Andando. La tercera opción es hacer la ruta andando, hay tres senderos, pero en nuestro caso era imposible debido al poco tiempo que teníamos. Además, son bastante exigentes y tendréis que dedicarles casi el día completo.

Truquito: en la estación de Sishi-Iwa hay un salón mirador y una cafetería, también encontraremos un “santuario de los enamorados”, por si quieres declarar amor eterno o simplemente tener unas buenas vistas.

Tras el último tramo de escaleras y después de disfrutar del mirador Shishi-iwa, podéis escoger seguir caminando o volver de nuevo en teleférico al punto de partida. Nosotros decidimos seguir caminando, primero para ascender hasta la cima del monte Minsen y luego para descender por el sendero Daisho in hasta el templo con el mismo nombre.

En la primera parte de la ruta hay un tramo (de curiosa subida) en el que pasaréis por: el salón Akaido, el salón Misen-Hondo, la campana Munemori, el salón Gumenjido, donde podemos ver el ciruelo Shakujo no Ume y la Roca Mandara-iwa, dos de las 7 maravillas del Monte Misen. La ruta en total desde la Estación de Shishi- iwa hasta el templo de Itsukushima es de más o menos unos 6 km y a excepción del primer kilómetro, la ruta completa es de bajada. Aunque no os confiéis que aunque pueda parecer poco exigente a nivel físico, la mayoría son escaleras, así que los gemelos y muslo se cargan bastante.

En la bajada podrás disfrutar de pequeños templos

Los tickets del teleférico cuestan 1800 JPY por persona (11,50€) y 1000 JPY (6,40€) si nos decantamos por la opción de solo ida. Los horarios dependen mucho de las fechas y las condiciones climatológicas, pero normalmente abre a las 9 de la mañana y cierra a las 17 horas de la tarde. (Solo efectivo)

Templo Daishō-in

Sin duda, otro de los puntos indispensables para visitar en la isla es el Templo Daishō-in, fundado por Kobo Daishi, creador de la rama Shingon del Budismo. Este templo posee una enorme colección de estatuas Jizo, es decir, pequeñas figuritas representativas de los bodhisattva (personas que recorren activamente la práctica del Budismo) y en honor a Jizo Bosatsu, Protector de los niños, por este motivo se protege a las estatuas del frío y del calor con prendas de ropa, las que llevan gorritos y gafas de sol 🙂.

Las escaleras por las que se accede al templo están llenas de rodillos con sutras (o conjunto de textos budistas, en este caso, pues también pueden ser hinduistas) que contienen inscripciones de oraciones.

El recinto del templo alberga varias edificaciones rodeadas de estanques y zonas ajardinadas, lugar de recreo de los monjes budistas orando y con suerte podemos disfrutar de ellos tocando sus instrumentos. Incluso podemos acceder a una cueva repleta de símbolos e iconos budistas, se llama la Henjo Cave y a nosotros nos sobrecogió muchísimo. No os lo podéis perder.

El horario de este templo es de 8 de la mañana a 5 de la tarde y la entrada es gratuita.

Con un poco de suerte coincidiréis con monjes budistas rezando o simplemente rondando por el templo

Calle Omotesando y Machiya

La calle Omotesando es la arteria principal de la isla, está llena de tiendas y restaurantes y va desde el puerto del ferry hasta el área alrededor del santuario de Itsukushima. Aquí es imprescindible probar el momiji manju y las ostras al grill. Muy cerca de la calle Omotesando está la Machiya Street, la cual solía ser la calle principal de Miyajima que está tratando de resurgir en los últimos años. También tiene gran cantidad de restaurantes y tiendas.

Donde comer en Miyajima

En la isla no tendréis ningún problema para comer, por lo menos en la franja horaria en la que está funcionando el ferry. Sin ir más lejos, la calle Omotesando está llena de restaurantes y de tienditas con comida de todo tipo. Pero no os descuidéis para cenar en el caso de que hagáis noche en Itsukushima. Nosotros cenamos de milagro en un restaurante que se llama Miyajima Shokudou, ya que a partir de las 18.00 h la mayoría de sitios está cerrado.

Cenamos sentados en tatami, que no estamos acostumbrados, pero la verdad es que para ser el único que estaba abierto, estaba hasta arriba de gente y cenamos superbien. Nos pusimos ciegos de ostras en todas sus variantes, la verdad. Os lo recomendamos 100 por 100.

Por encima de todo, en la isla de Miyahima destacan las ostras al grill o también llamadas yakigaki. Para los que somos amantes de cualquier versión de las ostras, es el lugar perfecto para comerlas frescas y a un precio insuperable, entre 300 y 500 yenes la unidad.

Son tan frescas porque toda la isla está rodeada de criaderos y hay un restaurante que incluso tiene un criadero en su escaparate con ostra viva del año, de un año y de dos. Una maravilla. Se llama Yakigaki No Hayashi y está en la calle comercial de Omotesando. Comimos aquí al bajar de nuestra ruta senderista y la verdad que fue todo un acierto.

También es típico de esta zona los Okonomiyaki, una especie de masa o tortilla cuyo nombre literalmente significa konomi (gusto) y yaki (a la plancha), es decir, cocinado a su gusto a la plancha. Un buen sitio para probarlos es, en la calle Omotesando, en un restaurante que se llama Okonomiyaki Momochan.

Como no podía ser de otra forma, en la isla de Miyajima como en todo Japón, son verdaderos amantes del pescado y también es típico de esta zona comer la angila. Aunque nosotros no somos muy fans, lo podéis probar en el restaurante Inachu en la calle Omotesando.

De postre, sin duda, teneis que probar el dulce típico de la isla: el Momiji Manju. Se trata de un bollito pequeño con forma de hojita de arce que lo rellenan con un montón de cremas diferentes.

Hay varias tiendas por la isla, incluso las puedes comprar en vendings machines por la calle. Nosotros nos cogimos una cajita con varios sabores: de limón, de te matcha, etc. El más típico es el que lleva pasta de judías y la verdad es que hemos probado varias cosas a lo largo del viaje con esta pasta y no creáis que somos muy fans.

Pero probar, hay que probarlo. ¡Hemos venido a jugar!

Donde dormir en Miyajima

Con respecto a pasar una noche allí o no, como siempre, depende del itinerario que llevéis. Nosotros llegamos por la tarde temprano, pues veníamos de Osaka y decidimos coger una noche en la isla, puesto que como explicamos más arriba, hicimos la ruta Daisho in al día siguiente para subir al Monte Misen.

Y merece la pena por varios motivos, aparte del tiempo que vayas a necesitar para explorar cada rinconcito con calma, a nosotros nos encantó que a las seis de la tarde cuando sale el último ferry hacia Hiroshima, la isla se queda bastante vacía y muy tranquilita. Al menos en nuestro caso, y el atardecer y un paseo nocturno por Arashiyama, os podemos confirmar que merece la pena sí o sí.

Nosotros nos decantamos por pasar la noche en Guest House Kikugawa. Un ryokan superpequeñito y muy acogedor, regentado por una familia de locales que te cuidan como si fueras uno más. Las habitaciones estaban perfectas, muy muy tranquilo y ademas nosotros que pillamos el desayuno, nos encantó. Un desayuno tradicional japonés al que no le faltaba detalle.

Hay muchísimas opciones, tanto ryokanes como hoteles, tenéis donde elegir. La mayoría de los alojamientos son de estilo tradicional y os recomendamos reservarlo con la cena incluida. Nosotros repetiríamos la experiencia de dormir en Miyajima sin dudar

Bonus track

La isla está habitada por unos animales salvajes y sagrados: los ciervos rojos. Campan a sus anchas por toda la isla y no tiene nada que ver a los que se ve en Nara. Estos ciervos están mucho más tranquilos y cuidados y la verdad mola muchísimo andar por las calles y cruzarte con ciervos. Por las noches, ellos mismos se recogen y pasan la noche a las faldas del Monte Misen.